abril 04, 2013

El derecho a la huelga

Respaldo los paros portuarios. Se requieren profundos cambios al Código del Trabajo. 

Respaldo plenamente el paro que los trabajadores portuarios realizan ya por varias jornadas en diversos puntos del país. Ello reafirma la necesidad de enfrentar las problemáticas de este sector, largamente postergado en la legislación laboral y uno de los más golpeados con el Plan Laboral y las modificaciones surgidas a partir de 1981, en que se atomizó su organización sindical y se precarizó el empleo, lo que se agudizó con la privatización y modernización de los puertos de los ’90. 

Esta actividad ha llevado el peso del crecimiento del país por la vía de las exportaciones y, sin embargo, se mantiene en una gran informalidad, con empleos temporales y profundas carencias en seguridad.

En un plano más general, la movilización del sector portuario y, también la de la mina Radomiro Tomic, demuestra que la normativa laboral en el país está agotada, especialmente en aspectos como la sindicalización, el derecho a huelga y la negociación colectiva. 

Desestimo, en este sentido, las críticas del Ministro Chadwick, que calificó de ilegal las paralizaciones en los puertos. El problema es que la realidad se le escapa por el lado a la ley. Las leyes de la dictadura y los consensos del retorno a la democracia son hoy insuficientes.

La regulación en materia de huelga es restringida y obsoleta al contemplarse sólo en el ámbito de la negociación colectiva. La legislación comparada, en cambio, ofrece muchas otras hipótesis que pueden motivar una huelga, tales como la solidaridad con otras paralizaciones, el incumplimiento de un convenio colectivo vigente o la denuncia de infracciones graves a los derechos fundamentales del trabajador. 

¿Acaso las primeras grandes movilizaciones obreras no surgieron por mera solidaridad?”. También en la pasada movilización de los mineros de Radomiro Tomic se aprecia que el derecho a la huelga es una herramienta imprescindible y eficaz cuando se pone en riesgo la vida e integridad de los trabajadores. 

Con los funcionarios públicos tenemos otro ejemplo de que la realidad sobrepasó a la normativa. Pese a que la ley lo prohíbe, allí tenemos negociación colectiva y huelga tolerada, aunque la Constitución y la ley dicen lo contrario. Hace algún tiempo se rechazó una moción que pretendía reconocerlas, tal como lo hacen los Convenios de la OIT. 

Es hora de impulsar una profunda reforma al Código del Trabajo que refuerce la sindicalización y la negociación colectiva, extendiéndola para el sector público y también en el ámbito privado por rama de actividad, pero, además, que de a la huelga un espacio propio y diferenciado. Presenté un proyecto de ley, en actual trámite en el Senado, que postula dar un nuevo estatuto a este derecho laboral.

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