Respaldo las críticas de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, ANEF, y de los dirigentes de numerosas asociaciones de funcionarios, tanto a nivel nacional como regional, que reclaman por el escaso diálogo y participación que se ha seguido en el marco de procesos de reestructuración de diversos servicios públicos.
Existen diversos proyectos e iniciativas tendientes a readecuar entidades tales como ChileDeportes y el Consejo de la Cultura, que serían convertidos en Ministerios; el SENAME, que se dividiría en varias instituciones; el INE, que adquiriría mayor autonomía y el Ministerio de Vivienda y SERVIU, que se fusionarían con el Ministerio de Bienes Nacionales.
La característica común que se aprecia en éstos y otros servicios es una completa incertidumbre e inestabilidad ante los continuos rumores respecto de la naturaleza y efectos de los cambios que se implementarían, sin que ellos sean socializados y discutidos con los dirigentes de los funcionarios.
Ello demuestra una forma gerencial de hacer las cosas que no responde a las características y a la cultura organizacional de nuestra administración pública, donde este tipo de procesos se realizan habitualmente con mayor participación y consenso. Cambios de tanta relevancia no pueden hacerse entre cuatro paredes y con arrogancia, sino que deben masificarse y compartirse con los involucrados.
El Gobierno debe sincerar sus planes para éstos y otros servicios públicos y abrir procesos de mayor discusión en torno a los objetivos de las reestructuraciones y su impacto en las labores y carrera funcionaria de sus funcionarios. El éxito de estas iniciativas pasa por el convencimiento y el acuerdo y no por la imposición.
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