Debemos legislar en forma urgente para aliviar carga financiera de las familias.
Hay quienes sólo observan los resultados de las encuestas a nivel político, sin ocuparse de aquéllos otros indicadores que revelan los problemas más apremiantes para la ciudadanía, entre los que se cuenta claramente el elevado nivel de endeudamiento.
En este sentido, la CERC nos muestra datos muy inquietantes - pero nada sorprendentes.
El estudio demuestra que desde 1987 se viene registrando un aumento sostenido
del grupo de personas que están endeudadas y con dificultades para pagar.
Según
el estudio, un 46% de los chilenos tiene dificultades para pagar sus
compromisos, en tanto otro 12% se declara en una situación aún más aflictiva. Lo
anterior representa un salto de casi 20 puntos en el sobreendeudamiento desde
la última vez que se realizó la consulta en la encuesta CERC , en
diciembre de 1999 .
La masificación en el uso en las tarjetas de crédito y la mantención de un nivel de remuneraciones extremadamente bajo explica en buena parte esta grave situación que se agudiza al analizar las cifras de endeudamiento a nivel
juvenil y por grupos socioeconómicos.
Así,
quienes se encuentran entre los 18 y 25 años presentan niveles de endeudamiento
comparables a los demás tramos, bordeando el 50%, en circunstancias que muchos
de ellos están en etapa de estudios o comenzando su vida laboral y, por tanto,
con empleos aún precarios. Por segmentos socioeconómicos, en tanto, es muy
relevante que un 90% de quienes se declaran de estrato bajo tengan un nivel de
endeudamiento elevado, mientras sólo el 6% de ellos, no registran obligaciones
financieras.
Estas cifras revelan claramente la angustia que viven
millones de chilenos cada mes y que les obliga a vivir exclusivamente para
pagar sus deudas o incluso, pedir préstamos en un lugar para pagar otros
compromisos. Ello debe ser recogido por las autoridades
económicas y por el Parlamento, con el objeto de legislar para incrementar sus ingresos,
por ejemplo, mediante el fortalecimiento de la negociación colectiva y establecer correcciones que alivien su situación financiera, disminuyendo la tasa máxima convencional y,
especialmente, legislando sobre la insolvencia de hogares para enfrentar el sobreendeudamiento sin tener que recurrir a la “bicicleta”.
Por eso el 2006 presenté un proyecto de ley que establece un procedimiento para la
declaración de insolvencia que recoge
experiencia internacional. La iniciativa crea dos sistemas paralelos. El
primero, de carácter preventivo y extrajudicial, somete la situación del
deudor, que aún no ha sido demandado, pero que advierte su situación de
incapacidad para pagar, a un mediador que procura un acuerdo entre éste y sus
acreedores. El segundo, de carácter judicial,
ocurre cuando el deudor ya ha sido demandado por algunos de sus acreedores. En
ese caso, podría oponer una excepción de insolvencia grave, tras la cual se
notifica a los restantes acreedores para que en un solo juicio y con la
participación activa del Juez se busque un acuerdo.
La participación del
mediador o el Juez, según el caso, permitiría al deudor abordar en un solo
procedimiento y con condiciones, tasas y plazos razonables todos sus
compromisos, eliminando la necesidad de recurrir a nuevos créditos o
repactaciones abusivas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario