Rechazo las argumentaciones que las autoridades regionales han dado para justificar los incrementos tarifarios que derivarían del nuevo contrato entre ENAP y GASCO. La Intendenta y algunos Seremis han tenido un actuar “indolente. La actual situación se debe, en buena parte, a la falta de sintonía de las actuales autoridades locales con esta problemática.
Más que ponerse del lado de nuestros habitantes, la señora Intendenta y algunos seremis han intentado justificar y explicar las alzas, dando argumentos que nos hacen parecer una región de privilegiados o derrochadores.
Señalar que las tarifas sólo variarán mínimamente, que habrá un alza irrelevante en relación al precio que se paga en otras regiones o que el incremento es útil para cuidar el gas resultan lamentables y hasta ofensivas para nuestros vecinos. La diferencia entre siete u ocho veces de que habla el seremi Schweitzer puede significar varios kilos de pan o de alimentos para una familia modesta de nuestra zona.
Lo que está en juego es el principio de que el Estado debe apoyar la subsistencia en una zona apartada y dura como la nuestra. Si nuestras propias autoridades no lo comprenden y se conforman con las alzas o pretenden explicarlas, empezamos a entender claramente porque los ejecutivos de ENAP y el Gobierno central no han dudado en dejar de sostener los precios y entregar el abastecimiento de Magallanes a las leyes del mercado.
Para superar esta situación se requiere la movilización de los vecinos y la unidad de todos los sectores, pero, también, exigir que las autoridades regionales asuman el rol que les compete para hacer ver en Santiago la relevancia del tema y su impacto en los hogares y en los sectores productivos de Magallanes.
Los magallánicos necesitamos autoridades que nos defiendan, que se coloquen al frente de la defensa de los intereses locales y no que se limiten a dar excusas y explicaciones oficiales. Si no pueden hacerlo, que se vayan.
Más que ponerse del lado de nuestros habitantes, la señora Intendenta y algunos seremis han intentado justificar y explicar las alzas, dando argumentos que nos hacen parecer una región de privilegiados o derrochadores.
Señalar que las tarifas sólo variarán mínimamente, que habrá un alza irrelevante en relación al precio que se paga en otras regiones o que el incremento es útil para cuidar el gas resultan lamentables y hasta ofensivas para nuestros vecinos. La diferencia entre siete u ocho veces de que habla el seremi Schweitzer puede significar varios kilos de pan o de alimentos para una familia modesta de nuestra zona.
Lo que está en juego es el principio de que el Estado debe apoyar la subsistencia en una zona apartada y dura como la nuestra. Si nuestras propias autoridades no lo comprenden y se conforman con las alzas o pretenden explicarlas, empezamos a entender claramente porque los ejecutivos de ENAP y el Gobierno central no han dudado en dejar de sostener los precios y entregar el abastecimiento de Magallanes a las leyes del mercado.
Para superar esta situación se requiere la movilización de los vecinos y la unidad de todos los sectores, pero, también, exigir que las autoridades regionales asuman el rol que les compete para hacer ver en Santiago la relevancia del tema y su impacto en los hogares y en los sectores productivos de Magallanes.
Los magallánicos necesitamos autoridades que nos defiendan, que se coloquen al frente de la defensa de los intereses locales y no que se limiten a dar excusas y explicaciones oficiales. Si no pueden hacerlo, que se vayan.
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