mayo 10, 2011

El patrimonio ambiental y estético de la Patagonia está en grave riesgo.

Independencia y transparencia de evaluación de proyectos en la zona austral es cuestionable.

La aprobación del proyecto HidroAysén por parte del Consejo de Evaluación Ambiental de la XI Región es un desastre. La Patagonia se encuentra gravemente amenazada por diversos proyectos energéticos y productivos que podrían destruir su carácter natural y virgen.


A las centrales hidroeléctricas que se pretende implementar en Aysén se agrega el proyecto de Mina Invierno de la Minera Isla Riesco en Magallanes y la intensiva explotación acuícola que se desarrollará en los canales australes.

La imparcialidad y transparencia de los estudios ambientales de estas iniciativas resulta cuestionable. Existe una feroz intervención del Ejecutivo para concretar su ejecución. Cuando iniciativas privadas aparecen en las propuestas de desarrollo del actual Gobierno para la región, como es el caso de la explotación de carbón y la salmonicultura, es bien escaso el margen que se deja para los análisis técnicos de los proyectos.

A ello se agregan los vínculos que el Presidente de la República, Sebastián Piñera, tiene en la materia. En su declaración de patrimonio acredita participación accionaria en COPEC, uno de los grupos impulsores de Mina Invierno; en tanto altos personeros gubernamentales, como el titular de Interior, Rodrigo Hinzpeter, han hecho públicos llamados de apoyo a favor del proyecto HidroAysén.

La comunidad regional debe informarse y expresar su rechazo a estas iniciativas que afectarán severamente y de un modo irreversible nuestro patrimonio ambiental y estético. Nos hemos acostumbrado a contar con una naturaleza pura, lo que constituye un factor de identidad y atractivo de Magallanes y eso podemos perderlo en unos pocos años por la irresponsabilidad y afán de lucro desmedido de unos pocos.

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