julio 26, 2013

Hay que seguir ocupándose de la situación de la Universidad del Mar

A no desentenderse de problemas de estudiantes, funcionarios y académicos del plantel

Quiero reiterar mi preocupación por la situación que atraviesa la sede regional de la Universidad del Mar. Es imprescindible asegurar su continuidad para permitir a los jóvenes de cursos superiores culminar las carreras en buena forma y mejorar sus condiciones de funcionamiento. Asimismo, manifiesto mi inquietud por los derechos laborales de académicos y funcionarios de la casa de estudios.

Con el decreto de cierre no puede darse por concluido el caso de este plantel. Hay miles de estudiantes, académicos y funcionarios que han sido víctimas de una situación que está revisándose en la justicia y que ha buscado ser reparada por la vía administrativa con la reubicación de parte de los estudiantes, pero que tiene una perspectiva humana que hay que seguir acompañando y procurando mejorar.

He mantenido diversas reuniones con estudiantes quienes me han expresado su inquietud por las precarias condiciones en que se están desenvolviendo las actividades, a través de la autogestión con recursos aportados por los propios alumnos y, especialmente, por la continuidad de ese mecanismo una vez que quienes se encuentran en cursos avanzados vayan egresando, lo que hará disminuir los recursos con que se cuenta para costear el funcionamiento. Ellos quieren terminar sus estudios en la Universidad del Mar, ya que la reubicación les significaría retroceder varios años con la consiguiente pérdida de tiempo y dinero, pero también es muy relevante que puedan hacerlo en buenas condiciones. 

En ese sentido, solicitaré a las autoridades regionales y al Ministerio de Educación colaborar a mejorar las condiciones en que se desarrollan las actividades académicas, al tiempo de evaluar la posibilidad de traspasar la gestión administrativa a alguna entidad, como la Universidad de Magallanes.

Asimismo, no hay que olvidar la situación de académicos y funcionarios del plantel, los cuales permanecen en la incertidumbre, existiendo remuneraciones, indemnizaciones, cotizaciones y créditos impagos con sus evidentes consecuencias tanto económicas como en acceso a prestaciones de salud. Existe poca información sobre la situación de la quiebra o la intervención del plantel lo que sólo agrava las cosas.

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