junio 12, 2013

Superintendencia de Pensiones impone "mini-corralito" para frenar traspasos de multifondos

Problema real es dependencia de nuestra economía respecto de los fondos de pensiones.

Las medidas propuestas por la Superintendencia de Pensiones respecto de los traspasos de multifondos son muy cuestionables. En lo general, la entidad ha asumido un rol de garante en la estabilidad financiera que no le corresponde. Son otros organismos como el Banco Central y el Ministerio de Hacienda quienes deberían enfrentar  enfrentar el problema de fondo: la excesiva dependencia de la economía a los fondos de pensiones. 

La Superintendencia de Pensiones ha demostrado en los últimos años lentitud e incapacidad de velar por los intereses de los afiliados a las AFP ante graves escándalos y fluctuaciones bursátiles y, en cambio, ahora se ha activado porque los traspasos amenazan la estabilidad económica.

Respecto de las medidas concretas adoptadas para frenar los traspasos, en primer término, resulta curioso que la SP entregue ahora información hacia los afiliados. Antes nunca  se vió a este organismo aportando información sencilla y útil. 

En tanto, la aplicación proporcional o a prorrata de las órdenes de traspaso que superen el 5% de los fondos son un “mini corralito”, que dificultará y hará gradual y más lentas las transferencias entre los multifondos. Se busca que los afiliados a las AFP contribuyan a estabilizar una economía que se ha hecho dependiente de los fondos de pensiones y ese es el tema de fondo que nadie quiere asumir. 

Hoy son los miles de cotizantes los llamados a mantener la estabilidad de un sistema financiero y bursátil que sólo les produce perjuicios, afectando la estabilidad y cuantía de sus ahorros y sirviendo para que reciban en préstamos bancarios o del retail su propio dinero a tasas abusivas.

Cuando un inversionista ve caer la bolsa, puede optar entre esperar la recuperación o asumir un margen razonable de pérdidas y luego vender para salvar parte de su patrimonio, la Superintendencia quiere llevar a que los cotizantes de las AFP tengan como única opción sentarse a esperar el milagro para defender la estabilidad de sistema y con ello el patrimonio de grandes empresas y bancos.

Al crearse los multifondos el 2002, éstos fueron aplaudidos unánimemente como un aporte que incentivaría a los cotizantes a buscar mayor información y sentirse partícipes en la administración. Hoy, cuando apenas un 2% de los afiliados se cambian de fondos, se encienden las alertas y se señala que los traspasos afectan la estabilidad financiera. Esto es muy poco serio. O sea, los multifondos eran buenos mientras nadie los ocupaba.

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