enero 25, 2012

Magallanes necesita intendentes elegidos y un Gobierno Regional con más atribuciones.

Decisiones como la pavimentación de rutas en Tierra del Fuego demuestran que centralismo afecta especialmente a zonas extremas.

La Comisión de Gobierno Interior, Descentralización y Regionalización de la Cámara Alta, visitará Magallanes. La gira será una oportunidad muy valiosa para que los senadores encargados de la tramitación particular de los proyectos referidos a la división administrativa del país, puedan percibir la necesidad de contar con autoridades investidas de mayor reconocimiento ciudadano y avanzar, además, en traspasar en forma más decidida competencias del gobierno central a las regiones.

Es especialmente relevante la elección de los Intendentes Regionales, modificación que otorgaría a dichas autoridades de la autonomía suficiente para hacer ver la voz de sus regiones frente al Ejecutivo. 

Las regiones, especialmente, aquéllas ubicadas en zonas alejadas como Magallanes, necesitan autoridades que cuenten con respaldo popular que les permita hacer ver con fuerza los intereses locales. La crisis vivida con el alza del gas nos mostró en forma clara la contradicción entre las demandas ciudadanas y la Intendenta y el Gabinete Regional, que se limitaban a retransmitir el parecer del Ejecutivo.

La actual división administrativa del país no es obstáculo para avanzar en una mayor autonomía de las regiones, pues es perfectamente posible mantener la coordinación de los servicios nacionales a través de las Gobernaciones y traspasar funciones hacia servicios administrados y gestionados regionalmente, a cargo del Intendente. Si hoy el Gobierno central debe coordinarse y trabajar conjuntamente con municipios de signo opuesto, no veo razón para que ello no pueda ocurrir en el caso de las regiones.

En cambio, crear la figura de Presidente del Consejo Regional, como contrapeso electo al Intendente, sólo generará conflictos. Tendremos una especie de Intendente en la sombra que sólo dificultará su labor, buscando su propio protagonismo, sin constituir un real avance en la entrega de atribuciones a las regiones.

Requerimos, además, mayores atribuciones para decidir respecto de inversiones y solucionar problemas locales. Se percibe aún una cuota muy importante de centralismo que entre nosotros se aprecia a cada rato, como se demuestra en la pavimentación de las rutas en Tierra del Fuego.

Allí tenemos un criterio nacional que privilegia la ruta comercial con Argentina, pero que desatiende los intereses de los habitantes de la isla, los que viven y sufren el aislamiento, día a día y que preferirían el trazado costero entre Manantiales y Porvenir.

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