Sector empresarial presiona con despidos
para evitar normativa
Es urgente abordar la situación de los
empaquetadores de supermercados. Se trata de uno de
los mayores abusos que persisten en el ámbito laboral, pese a lo cual no se ha legislado por la permanente presión del empresariado.
Desde hace muchos años que se intenta, con distintos
proyectos, regular esta situación anómala y la respuesta de los supermercados
ha sido siempre que si se les obliga a contratar, entonces, eliminarán
servicio, automatizando el empaque o entregándole la función a los cajeros. Esa ha sido la posición permanente
del rubro, lo que implicaría dejar sin esta fuente de ingresos a unas 60.000
personas, especialmente jóvenes.
Sin embargo, más allá de las dificultades, es imperioso legislar.
Existe claramente un abuso de la actual legislación, pues
los empaquetadores desempeñan una labor que favorece a las empresas y donde el
vínculo de subordinación y dependencia resulta muy claro, expresándose a través
de horarios, uniformes y del trabajo coordinado con las cajeras.
Lamentablemente,
ni la Dirección del Trabajo ni los tribunales han actuado con energía para
configurar en forma sostenida una relación laboral que es obvia para cualquier
observador.
Lo más lógico es
circunscribir la actividad al Código del Trabajo, bajo las reglas generales,
con mínimas adecuaciones derivadas de los compromisos académicos de muchos
jóvenes, pero obligando a la suscripción de contratos y al otorgamiento de los
derechos esenciales a una remuneración, asignaciones y vacaciones, entre otras.
No me parece razonable crear una
modalidad especial que otorgue sólo algunos beneficios a los empaquetadores,
tales como seguro y bonos, sin que adopte la forma de un contrato de trabajo. No
corresponde disfrazar la realidad, más aún cuando de ello puede generarse un
precedente para otras actividades.
Estas personas
desempeñan una actividad regular, con horario, con uniforme, con obligaciones y que favorece directamente a una empresa, por lo que deben tener el contrato y
los derechos que tiene cualquier trabajador chileno, sea a jornada completa o
part time.
También debe analizarse la naturaleza de las
vinculaciones que los empaquetadores tienen con intermediarios que les cobran
por su servicio y les imponen condiciones de trabajo y conducta. Estas
entidades también están en una situación compleja, pues si no es el
supermercado el empleador, entonces es claramente una externalización de
servicios, donde hay otra empresa que está proveyendo trabajadores a un
supermercado y que debe asumir las obligaciones como contratistas.
Solicitaré a la
Comisión de Trabajo volver a poner en tabla esta materia, que fue postergada a
la espera de una propuesta del Ejecutivo, pero descarto, desde ya, la posibilidad de apoyar
cualquiera normativa que no establezca claramente una vinculación laboral
formal entre los supermercados y estos trabajadores.
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