noviembre 07, 2011

Debemos legislar sobre empaquetadores de supermercados

Sector empresarial presiona con despidos para evitar normativa
 
Es urgente abordar la situación de los empaquetadores de supermercados. Se trata de uno de los mayores abusos que persisten en el ámbito laboral, pese a lo cual no se ha legislado por la permanente presión del empresariado.

Desde hace muchos años que se intenta, con distintos proyectos, regular esta situación anómala y la respuesta de los supermercados ha sido siempre que si se les obliga a contratar, entonces, eliminarán servicio, automatizando el empaque o entregándole la función a los cajeros. Esa ha sido la posición permanente del rubro, lo que implicaría dejar sin esta fuente de ingresos a unas 60.000 personas, especialmente jóvenes.

Sin embargo, más allá de las dificultades, es imperioso legislar. Existe claramente un abuso de la actual legislación, pues los empaquetadores desempeñan una labor que favorece a las empresas y donde el vínculo de subordinación y dependencia resulta muy claro, expresándose a través de horarios, uniformes y del trabajo coordinado con las cajeras. 

Lamentablemente, ni la Dirección del Trabajo ni los tribunales han actuado con energía para configurar en forma sostenida una relación laboral que es obvia para cualquier observador.

Lo más lógico es circunscribir la actividad al Código del Trabajo, bajo las reglas generales, con mínimas adecuaciones derivadas de los compromisos académicos de muchos jóvenes, pero obligando a la suscripción de contratos y al otorgamiento de los derechos esenciales a una remuneración, asignaciones y vacaciones, entre otras.

No me parece razonable crear una modalidad especial que otorgue sólo algunos beneficios a los empaquetadores, tales como seguro y bonos, sin que adopte la forma de un contrato de trabajo. No corresponde disfrazar la realidad, más aún cuando de ello puede generarse un precedente para otras actividades.

Estas personas desempeñan una actividad regular, con horario, con uniforme, con obligaciones y que favorece directamente a una empresa, por lo que deben tener el contrato y los derechos que tiene cualquier trabajador chileno, sea a jornada completa o part time.

También debe analizarse la naturaleza de las vinculaciones que los empaquetadores tienen con intermediarios que les cobran por su servicio y les imponen condiciones de trabajo y conducta. Estas entidades también están en una situación compleja, pues si no es el supermercado el empleador, entonces es claramente una externalización de servicios, donde hay otra empresa que está proveyendo trabajadores a un supermercado y que debe asumir las obligaciones como contratistas.

Solicitaré a la Comisión de Trabajo volver a poner en tabla esta materia, que fue postergada a la espera de una propuesta del Ejecutivo, pero descarto, desde ya, la posibilidad de apoyar cualquiera normativa que no establezca claramente una vinculación laboral formal entre los supermercados y estos trabajadores.

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