octubre 28, 2011

Despidos del 2010 son la causa de baja ejecución presupuestaria

Los chilenos están pagando las consecuencias del sectarismo del actual Gobierno.

Durante el año 2010 hubo más de 8.000 despidos en la administración pública. A mi juicio, ello explica, en buena medida, el notorio retraso que presenta la ejecución presupuestaria del Gobierno durante el año 2011.

La discusión del Presupuesto 2012 ha puesto en evidencia una demora generalizada en la implementación de los programas en los distintos ministerios y servicios públicos, la que alcanza niveles preocupantes. Así, por ejemplo, en los planes de prevención del delito se ha gastado sólo el 1,5% de lo comprometido. Otro tanto ocurre en inversión en los ministerios de educación y salud.

Ello ocurre, en todos los planos y niveles, tanto en lo nacional, como en regiones. Tenemos casos como Magallanes donde ni siquiera se llega al 50% cuando estamos finalizando el año.

El año recién pasado, aún con las nuevas autoridades recién instaladas, no se registró el nivel de ineficiencia en el gasto que se advierte durante este año, en que existe un rezago muy masivo y transversal en la casi totalidad de los programas y, particularmente en los gobiernos regionales.

La explicación debemos buscarla el 2010, cuando se privó de sus cargos a miles de buenos funcionarios por consideraciones exclusivamente políticas, mientras se valoraba su cometido. En la práctica, eran ellos quienes llevaban adelante las labores operativas de ministerios y servicios.

En su lugar, se trajeron operadores políticos de la UDI y RN y, también, personal técnico, pero sin experiencia en la gestión del aparato del Estado. La consecuencia es esta grave ineficiencia en la ejecución del presupuesto para lo cual ahora se adoptan medidas desesperadas que no aseguran la calidad de las inversiones.

Estamos viendo transferencias apresuradas en diversas reparticiones con el objeto de mejorar los indicadores, pero sin discutir mayormente la calidad y pertinencia de los proyectos. Hoy todos los chilenos están siendo perjudicados por el sectarismo del actual Gobierno.

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