La Reforma Previsional anunciada recientemente por la Presidenta Bachelet es un avance histórico. La Primera Mandataria ha cumplido la promesa contraída en su campaña electoral, en el sentido de instalar, primero, una Comisión Asesora y luego de elaborar, en un plazo breve, las iniciativas legales que surgieran de sus conclusiones.Se trata de un tema arduo y complejo, que no ha podido ser enfrentado incluso por naciones con muchos más recursos y posibilidades que la nuestra y que la Presidenta Bachelet ha asumido con energía, convicción y coraje.
El aspecto más significativo entre los anuncios formulados es el énfasis solidario de las medidas propuestas, expresado en la Pensión Básica Solidaria y las acciones de apoyo a la mujer y los jóvenes, los que a su juicio vienen a dejar atrás la orientación puramente individualista y carente de contenido social del actual sistema de capitalización.
En ese sentido, la Pensión Básica Solidaria, como principal componente de la reforma, será un apoyo muy importante para muchos chilenos que hoy enfrentan la vejez en forma muy precaria, sin recurso alguno o sólo contando con pensiones de gracia o asistenciales.
Más que el monto del beneficio, lo importante es que se otorga una solución a miles de personas que hoy no la tienen y que no se encuentra sujeta al cumplimiento de requisitos de densidad o de plazo de cotizaciones. Si son $ 75.000 de inmediato o en un par de años no es el tema relevante, lo importante es que hoy muchos chilenos enfrentan su vejez sin pensión alguna y ahora quienes más lo necesitan tendrán una jubilación básica asegurada.
Son muy significativas, también, las medidas que apuntan a una mayor competencia entre las Administradoras de Fondos de Pensiones, a través de la licitación de la cartera de nuevos afiliados y la eliminación de las comisiones por saldo en cuenta y traspaso; el impulso a la incorporación de los trabajadores independientes y al ahorro previsional colectivo y la creación de un subsidio mixto destinado a fomentar la cotización y la contratación de jóvenes.
El aspecto más significativo entre los anuncios formulados es el énfasis solidario de las medidas propuestas, expresado en la Pensión Básica Solidaria y las acciones de apoyo a la mujer y los jóvenes, los que a su juicio vienen a dejar atrás la orientación puramente individualista y carente de contenido social del actual sistema de capitalización.
En ese sentido, la Pensión Básica Solidaria, como principal componente de la reforma, será un apoyo muy importante para muchos chilenos que hoy enfrentan la vejez en forma muy precaria, sin recurso alguno o sólo contando con pensiones de gracia o asistenciales.
Más que el monto del beneficio, lo importante es que se otorga una solución a miles de personas que hoy no la tienen y que no se encuentra sujeta al cumplimiento de requisitos de densidad o de plazo de cotizaciones. Si son $ 75.000 de inmediato o en un par de años no es el tema relevante, lo importante es que hoy muchos chilenos enfrentan su vejez sin pensión alguna y ahora quienes más lo necesitan tendrán una jubilación básica asegurada.
Son muy significativas, también, las medidas que apuntan a una mayor competencia entre las Administradoras de Fondos de Pensiones, a través de la licitación de la cartera de nuevos afiliados y la eliminación de las comisiones por saldo en cuenta y traspaso; el impulso a la incorporación de los trabajadores independientes y al ahorro previsional colectivo y la creación de un subsidio mixto destinado a fomentar la cotización y la contratación de jóvenes.
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