Hace algunas semanas, junto a los Senadores Escalona y Letelier, presenté una iniciativa legal destinada a establecer un procedimiento especial para autorizar la salida de menores del país, en el caso que aquél de sus padres que no vive con ellos no ejerza regularmente el derecho de visitas.
La ley exige que el progenitor que no vive con sus hijos y que tiene regulado este derecho deba visar su salida del país. Esta autorización es absolutamente lógica y razonable en condiciones normales, pero pasa a transformarse en una gran dificultad cuando no se mantiene un contacto regular y permanente.
Esto es especialmente incómodo en las zonas extremas, donde los viajes al extranjero no se dan sólo en el marco de períodos de vacaciones como en la zona central, sino que como una cosa habitual, muchas veces sin planificación alguna.
En esos casos, conseguir el permiso del padre o la alternativa, que es conseguir que el Juez autorice cada una de las salidas, resulta complejo y engorroso, generando trámites innecesarios para los menores y sus padres y un desgaste adicional a los tribunales.
La propuesta consiste en que cuando el padre o la madre que no viven con sus hijos han desistido de ejercer su derecho de visitas, la autorización otorgada en una oportunidad por el Juez sirva en forma permanente, mientras persista la actitud del progenitor ausente de no de mantener un contacto permanente los menores.
Ello evitará un procedimiento innecesario para muchas madres y que recarga inútilmente la labor de los ya congestionados Tribunales de Familia. La Corte Suprema acaba de expresar su respaldo a esta iniciativa, por lo que espero que ella logre un rápido avance en el Senado.
La ley exige que el progenitor que no vive con sus hijos y que tiene regulado este derecho deba visar su salida del país. Esta autorización es absolutamente lógica y razonable en condiciones normales, pero pasa a transformarse en una gran dificultad cuando no se mantiene un contacto regular y permanente.
Esto es especialmente incómodo en las zonas extremas, donde los viajes al extranjero no se dan sólo en el marco de períodos de vacaciones como en la zona central, sino que como una cosa habitual, muchas veces sin planificación alguna.
En esos casos, conseguir el permiso del padre o la alternativa, que es conseguir que el Juez autorice cada una de las salidas, resulta complejo y engorroso, generando trámites innecesarios para los menores y sus padres y un desgaste adicional a los tribunales.
La propuesta consiste en que cuando el padre o la madre que no viven con sus hijos han desistido de ejercer su derecho de visitas, la autorización otorgada en una oportunidad por el Juez sirva en forma permanente, mientras persista la actitud del progenitor ausente de no de mantener un contacto permanente los menores.
Ello evitará un procedimiento innecesario para muchas madres y que recarga inútilmente la labor de los ya congestionados Tribunales de Familia. La Corte Suprema acaba de expresar su respaldo a esta iniciativa, por lo que espero que ella logre un rápido avance en el Senado.
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