julio 05, 2012

Gobierno debe hacer un esfuerzo mayor en el sueldo mínimo.

Se requiere pacto social para incremento sostenido hasta $250.000, cambios en la legislación laboral y creación de un salario regionalizado.

Fuí uno de los cinco parlamentarios de la oposición que rechazaron la propuesta del Gobierno sobre salario mínimo. Los $193.000 que ha ofrecido el Ejecutivo están muy lejos de ser un salario ético y justo. La Moneda no está a la altura de las expectativas que ha creado con su propaganda exitista respecto de la situación macroeconómica del país.

El Gobierno utiliza un doble discurso, pues tras meses de mostrar cifras promisorias en materia de crecimiento, inversión y empleo, ahora que se debe concretar esas expectativas en beneficios concretos para los trabajadores se argumenta que un ingreso mínimo mayor generará desempleo y se apunta a la situación de Europa.

Nunca es el tiempo de los trabajadores. Si vamos bien, no hay que subir los sueldos ni los impuestos para no provocar un frenazo; si vamos mal, tampoco se puede y hay que apretarse el cinturón.

Aspiraba a que el rechazo pudiera motivar un gran pacto social por el trabajo digno que incluyera el compromiso de elevar paulatinamente el sueldo mínimo a $ 250.000, reformas legales en materia de gratificaciones, multirut y negociación colectiva y la instauración de un sueldo regionalizado para las zonas extremas del país.

Llegar con el sueldo mínimo a $ 250.000 en un horizonte cercano es una necesidad del país para mejorar la situación de muchas familias. Contra lo que se señala no sólo la PYME, sino muchas grandes empresas pagan a sus trabajadores propios y de servicios externos este tipo de sueldos mientras obtienen gigantescas utilidades.

En este sentido, deben introducirse mejoras legales que favorezcan el aumento de las remuneraciones, como perfeccionar la normativa sobre el pago de gratificaciones, terminar con el multirut y fortalecer las organizaciones sindicales y la negociación colectiva.

Asimismo, se requiere contar con un sueldo mínimo regionalizado. Obtener el sueldo mínimo en Magallanes implica un menor poder adquisitivo, o sea, para un trabajador, su faena, de 8 o más horas diarias, vale menos. Es hora de asumir que éste país largo y diverso tiene realidades distintas y que igualar los indicadores y beneficios construye desigualdad.

Si el Ejecutivo no mejora su propuesta de cara a la nueva discusión que habrá sobre el salario mínimo en el Parlamento podrían ser más los legisladores de la oposición que rechacen la iniciativa.

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