julio 14, 2011

Reajuste del salario mínimo es miserable.

Tras una conflictiva tramitación legislativa, motivada en el rechazo de la Concertación a la propuesta del Ejecutivo, que obligó a un veto presidencial, el nuevo ingreso mínimo quedó en condiciones de ser publicado como ley.
Lamentamos la insensibilidad del Gobierno por no permitir que los beneficios del buen momento económico se extiendan a los trabajadores y hogares de menores ingresos. El precio del cobre y otros productos de exportación y las auspiciosas cifras de empleo, inversión y crecimiento, hicieron pensar que este año podría haber un reajuste del salario mínimo importante, que aliviara la situación de los hogares más modestos y avanzara en mejorar la distribución del ingreso.
Sin embargo, el Gobierno cerró esa puerta y presentó al Congreso un reajuste. Este salario mínimo de 182 mil pesos no sirve para satisfacer las necesidades básicas de una familia y constituye una tremenda injusticia y una bofetada para miles de chilenos.
Estas son las razones de fondo por qué la ciudadanía se está manifestando en las calles de nuestro país y por qué el Presidente Piñera cae en picada en las encuestas: porque se Gobierna para los ricos y se vela más por los equilibrios y las cifras gruesas que por los hogares.
Este tipo de medidas también afectan el prestigio de las instituciones democráticas y los políticos, en general. La gente aprecia que mientras se lucen cifras de empleo y crecimiento, se vive en una sociedad tremendamente injusta, desigual, que no les da oportunidades para mejorar sus niveles de vida sino al precio de un endeudamiento usurero, mientras el Gobierno y la clase política poco o nada hacen para corregir esta situación.

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