octubre 15, 2010

El actual sistema de administración pesquera fracasó.

No hay razones para prorrogar el Límite Máximo de Captura.

La situación que atraviesa la pesca nacional es muy preocupante. Según las cifras emanadas del Ministerio de Economía existe una sobreexplotación de diversas especies, algunas de las cuales se ven amenazadas por un inminente colapso de mantenerse el ritmo actual de captura.
Valoro la preocupación de las autoridades por el futuro de la industria, pero demando una acuciosa evaluación de los resultados de las medidas implementadas en los últimos años. La principal crítica apunta al actual sistema de administración.
El límite máximo de captura fracasó. Este mecanismo se prorrogó hace ya doce años con el objeto de darle sustentabilidad y eficiencia a la pesca industrial lo que no se ha conseguido, como lo demuestran claramente las cifras del Ministerio de Economía.
Doce años después los problemas son exactamente los mismos que cuando se dictaron y prorrogaron las actuales normativas, una aguda sobreexplotación y una flota sobredimensionada para el nivel de biomasa. Los únicos ganadores han sido las grandes empresas que reorganizaron sus flotas, abarataron costos y negociaron créditos con las cuotas como garantía y sin permitir el ingreso de nuevos operadores.
La polémica surgida ahora en torno a las pesquerías es coyuntural y parece sospechoso que justo cuando se va a discutir la continuidad del actual sistema de administración, tal como hace doce años, comience a hablarse del colapso de las pesquerías y la necesidad de adoptar medidas.
Lo curioso es que ante este problema evidente se plantea como solución prorrogar el mismo sistema que ha fracasado estrepitosamente y que tiene a las principales pesquerías del país amenazadas de extinción.
Requerimos un debate serio en torno a la viabilidad de este sistema que alienta la concentración y no ha sido eficaz para darle sustentabilidad a la industriaAsimismo, reclamamos una mayor preocupación por la pesca artesanal, la investigación y especialmente la fiscalización, áreas en que existen enormes falencias que impactan negativamente en la adecuada administración de los recursos.

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