julio 14, 2010

Es lamentable el uso político de la pobreza

Sin la protección social impulsada por la Presidenta Bachelet el incremento hubiera sido mucho mayor.

Es lamentable que la odiosidad promovida por el actual Gobierno en contra de la administración anterior y el empeño en criticar cualquier cosa para intentar enlodar a la ex Presidenta Bachelet, hace que parezca que muchos se alegran del aumento de la pobreza por tener un flanco más de críticas.

El desafío de erradicar la miseria extrema en el país es un objetivo nacional de la máxima trascendencia, para lo cual se cuenta con muchas políticas de largo alcance y surgidas de amplios consensos, por lo que utilizar estas cifras y las dificultades de tantos chilenos con fines políticos es un hecho repudiable.

Respecto de las cifras de la CASEN 2009, en primer hay que valorarlas en una perspectiva más amplia, que indica que en 20 años las políticas sociales de la Concertación lograron disminuir la pobreza a la mitad. En lo que se refiere al incremento registrado en la muestra del 2009, ello se explica fundamentalmente por el entorno en que se realizó, en medio de la crisis financiera y, en lo puntual, por el aumento sustantivo en la línea de pobreza.

El actual Gobierno parece que se olvidó que hubo una crisis financiera mundial, con cesantía y pérdida de dinamismo económico, en que muchas entidades internacionales pronosticaron un drástico incremento en la pobreza en América Latina y, por el contrario, precisamente gracias a las políticas y el apoyo a los sectores más desvalidos impulsadas por el Gobierno de la Presidenta Bachelet, ella logró ser muy moderada.

En términos más precisos y técnicos, la línea de corte utilizada para distinguir la condición de pobreza registraba un incremento entre muestra y muestra de unos 3.000 o 4.000 pesos, así ésta fue de $ 40.562 per cápita el año 2000, $ 43,712 el 2003 y $ 47.009 el 2006. Sin embargo, indicó que el año 2009 el guarismo llegó a $ 64.134, vale decir un notorio incremento de $ 17.000, motivado en el alza en el precio de los abarrotes. Evidentemente, un aumento de esa magnitud en la línea de corte, frente a salarios que han registrado incrementos muy inferiores deja a mucha gente bajo la línea de pobreza.

Sería conveniente que el Gobierno depusiera esta odiosidad y asumiera las cifras con la seriedad que merecen, situándolas en el contexto y analizándolas con rigor, por respeto a los miles de personas que sufren día a día la pobreza, sin pretender sacar pequeños provechos políticos que sólo apartan del desafío de trabajar conjuntamente para derrotar este flagelo y lograr que todos los chilenos cuenten, a la brevedad, con sus necesidades básicas resueltas.

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