octubre 29, 2009

Krugman y la necesidad de modificar el sistema previsional

Tenemos que asumir las lecciones de la crisis financiera internacional.

El Premio Nobel de Economía 2008, Paul Krugman, estuvo en Chile. En una conferencia realizada en la capital, además de expresar sus puntos de vista respecto de la crisis internacional, criticó duramente nuestro sistema previsional. Se manifestó aliviado de que pese a las presiones de diversos sectores en Estados Unidos para implementar una administración privada como la chilena, ella se haya mantenido en manos del Fisco. “Gracias a Dios seguimos teniendo un modelo estatal de pensiones” – sentenció el galardonado especialista.


Los juicios de Krugman son especialmente claros y tratándose de un economista de su relevancia, sus expresiones debieran motivar una revisión crítica del sistema de AFP. Sus falencias se vienen planteando desde hace muchos años. Algunas detonaron a la reforma previsional impulsada por la Presidenta Bachelet, en tanto otras siguen vigentes en áreas tales como la competencia, los costos de administración, la inversión de los fondos y la información a los cotizantes. El Gobierno y los candidatos presidenciales debieran tomar nota de esto y poner el tema en la agenda legislativa. De lo contrario, tendremos pensiones de bajo monto para la inmensa mayoría de chilenos y los ahorros de los trabajadores seguirán expuestos irresponsablemente al mercado bursátil.

En primer término, es necesario avanzar a una mayor competencia en el sistema ampliándolo a nuevos actores y, muy especialmente, creando una AFP pública que permita fiscalizar desde adentro. Además, es conveniente revisar la excesiva apertura en la cartera de inversiones. Con las últimas modificaciones hemos alcanzado indicadores muy riesgosos de dependencia foránea y, particularmente, del sector financiero, que nos hacen muy vulnerables a crisis como la que vivimos. Chile supera largamente los promedios de otras naciones con sistemas privados de pensiones en títulos en el extranjero, alcanzando un 35%, mientras muchos países no llegan al 10% e incluso algunas lo prohíben. Asimismo nuestro país encabeza las inversiones en el sector financiero, con un 25%. La búsqueda de una mejor rentabilidad para superar los errores estructurales del sistema, como la baja densidad y cuantía de las imposiciones, puede ser un error fatal.

Resulta imprescindible, asimismo, disminuir los costos rebajando los gastos de administración y comisiones, que siguen siendo muy altos. Por último, se requiere más transparencia e información. La reciente crisis reveló que mientras los mercados internacionales colapsaban reduciendo a la mitad el valor de los activos, muchos cotizantes continuaban llevando sus ahorros hacia los fondos de mayor riesgo, lo que refleja una carencia de asesoría eficaz al afiliado.

Criticas como las de Krugman son un llamado de alerta que deberíamos considerar para modificar este sistema de pensiones, asumiendo las lecciones de la crisis financiera.

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