octubre 20, 2005

El debate presidencial...

Quisiera expresar tres ideas en torno al foro presidencial transmitido anoche por televisión.
Lo primero es advertir que no es un debate. En realidad, es una especie de prueba o test grupal, donde los candidatos exponen las pocas ideas que alcanzan a elaborar sobre los temas preguntados en un tiempo muy corto. Discusión de ideas, intercambio de opiniones... Nada.

En segundo lugar, cabe señalar que es difícil hacer análisis objetivos de este tipo de programas. Yo diría que es imposible. Cada persona ve lo que quiere ver, pues uno mira el asunto desde su propia óptica y habitualmente reafirma sus propias convicciones.
Así, quien quería oír disparar contra el sistema tuvo en Hirsh un buen intérprete; quienes valoramos lo hecho por la Concertación, pero asipiramos a seguir avanzando en una mayor justicia social y en terminar con las discriminaciones nos reflejamos plenamente en Michelle Bachelet; quienes se encuentran disconformes, particularmente en materia de empleo, probablemente habrán sintonizado con Piñera y, por último, los opositores más duros que ven todo gris y negativo dirán que Lavín estuvo muy bien.
Por ello, la imparcialidad en la evaluación es casi una utopía.
Bajo ese supuesto, daré mi opinión, que puede ser compartida o no.
Me parece que hubo dos ganadores, un "empatado" y un perdedor en el foro. Ganó Michelle Bachelet, que lo hizo bien, reflejó seriedad y capacidad, se notó más concreta y clara que cuando debatió con Soledad Alvear y mostró la responsabilidad de quien sabe que va a ganar y por ello no puede prometer más que lo que puede cumplir. Ganó, también, Hirsh que pudo salir del anonimato y ser conocido por una mayor cantidad de personas.
En cambio me parece que la derecha quedó en deuda. Piñera empató, pues no estuvo mal, se mostró coherente y sólido, pero sucumbió ante las expectativas. Se pensó - como lo decían las encuestas previas - que lo haría estupendo y sólo estuvo en la normalidad. A ratos con frases demasiado memorizadas y que son las mismas de sus mensajes radiales. Y, por último, claramente perdió Lavín, con un discurso populista, trasnochado, a ratos histérico, cayendo en la desesperación de quien estuvo tan cerca de ganar y hoy está demasiado lejos.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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