Diputado regional afirma que el proceso lo conducen las empresas
El Diputado Pedro Muñoz expresó sus objeciones a la licitación de ESMAG que lleva adelante el Sistema de Empresas Públicas, por las últimas modificaciones efectuadas en los plazos de apertura de las ofertas.
El parlamentario magallánico fue enfático al señalar que – a su juicio - “en todo el proceso posterior al fracaso del primer llamado a licitación, queda la impresión que existe mucho temor a un nuevo resultado adverso y que, para evitarlo, se cede una y otra vez a las pretensiones de las empresas.”
“Ya no se sabe si el proceso lo maneja el SEP o las empresas interesadas en la licitación porque las decisiones se toman en función de sus intereses y no en el de llevar adelante un proceso serio y transparente - sentenció.”
El Diputado expresó que la entrega a privados de empresas públicas, sea en forma definitiva o temporal, por la importancia que tiene, debe ser realizada en forma rigurosa, ciñéndose estrictamente a los plazos, metas y objetivos trazados, por lo que estima inadecuadas las enmiendas realizadas sobre la marcha a los procesos y las ofertas privadas que se hacen cuando fracasa la licitación, como ha sucedido con Esmag y la anticipación y consulta, respecto de las bases, como ocurrió con Sacor.
“La experiencia demuestra que siempre que hay alguna innovación por el camino es porque se ha cedido para dar tiempo a alguien que no alcanzó a cumplir con los tiempos o los requisitos exigidos, lo que genera suspicacias” - afirmó.
Al mismo tiempo el parlamentario expresó su inquietud por el efecto que pueda tener el retiro de capital que el Fisco realizó en ESMAG sobre el valor de las ofertas.
“Evidentemente – explicó - puede existir una merma ya que si bien lo realizado se ajusta a un manejo razonable del capital por parte del estado, es evidente que el nuevo administrador se encontrará con una empresa que tiene menos activo líquido y mayor endeudamiento, cuestión que, en todo caso, deberá analizarse al abrirse las propuestas.”
Muñoz culminó expresando su interés en que el proceso culmine de buena forma, no se efectúen más modificaciones y, especialmente, en que exista rigurosidad en la evaluación de las propuestas, evitando que el temor a un nuevo fracaso influya en aceptar ofertas que no respondan a las expectativas del Fisco.
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